Gabriela torres
El primer cuento del volumen es la peregrina es una chica que está en esa clase de prisión tangible y no se sabe su suerte hasta que va pasando las páginas del cuento y el resto de los cuentos son prisioneros a voluntad, es decir ellos mismos se ponen limitaciones, se crean barreras, ya sea para estar en una relación indeseable o para hacer algo que no desean hacer realmente y no son lo suficiente valientes para cuestionárselo. Pero también maneja un poco de realidades figuradas, me gusta poner a los personajes al límite casi al borde del precipicio, y eso hace que se conviertan en otra cosa, ya dirán los lectores si he conseguido hacer este parteaguas en la vida de sus personajes.
La novela es preferida en el mundo editorial y nos podríamos preguntar ¿Por qué? Si la gente no lee, ¿Por qué leen algo más extenso? He observado la conducta de la gente que lee, y la novela y toda percepción guardada porque hay sus excepciones, y lo digo claramente, la novela requiere menos participación del lector, es como cuando ves una serie en netflix, es capitular, te va llevando por algo hasta que llega a un final, el cuento termina muy rápido, el cuento te tiene que llevar a la tensión y te debe llevar a la incertidumbre también, pero termina, entonces creo que a la gente le gusta quedarse prendida de algo, hay un sentido de pertenencia con la novela, que con el cuento a veces no se logra, por más bueno que sea, yo creo que por eso el cuento se vende menos, la novela seduce mas.
El prisionero lo hice pensando en una sesión de taller, y pensé que ese cuento estaba muy clavado en esta onda de la libertad en un sentido abstracto, porque ahí no es ni siquiera algo que está ocurriendo en realidad y que puede también ser amarrado con una realidad como la que ahora vivimos, cuando lo hice me gusto y pensé en armar otros relatos que tuvieran algo que ver y que se afianzaran con esa historia, y fue así que nació la idea de hacer prisioneros y de hacerlo un volumen completo.
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