Vuelve Jason Bourne, en plena crisis de los 40.
Jason Bourne (Matt Damon), taciturno y hecho de pura fibra, corre por las capitales europeas —Roma, Atenas, Londres— con la determinación de un turista que necesita un baño con desesperación pero es muy orgulloso como para preguntar dónde hay uno; aunque, desde luego, es perseguido y observado en la calle y desde un centro de espionaje del otro lado del océano, donde sus antiguos jefes de la CIA lo rastrean como si fuera la presa en un Pokémon Go de alto riesgo.
Bourne es un icono de la cultura pop que está de regreso porque… ¿por qué no? Es verano. La gente necesita algo que hacer y, en este momento, dos horas de paranoia ficticia y las calles inundadas de Guadalajara podrían ofrecer un descanso reconfortante de la paranoia real de sortear baches.
Lo bueno y lo malo de Jason Bourne, dirigida por Paul Greengrass y protagonizada por Matt Damon como el asesino amnésico que todos quieren, es que se siente como los filmes de antes. Mucho muy igual que antes.
Basado en los personajes creados por Robert Ludlum, esta quinta entrega de la saga Bourne está dirigida por Paul Greengrass (Capitán Phillips, Green Zone. Distrito protegido, United 93), quien además escribe el guión junto a Christopher Rouse, editor responsable de El ultimátum de Bourne (2007) y El mito de Bourne (2004), y al actor Matt Damon (Marte (The Martian), Behind the Candelabra, Tierra prometida). Damon vuelve a la saga de películas de acción interpretando a Jason Bourne, y Julia Stiles (El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook), Dexter, La profecía) también repite su papel en la franquicia como Nicky Parsons. Los nuevos actores que se suman al reparto protagonista son Alicia Vikander (La chica danesa, Anna Karenina), Tommy Lee Jones (Deuda de honor, Capitán América: El primer vengador) y Vincent Cassel (Mi amor, El cuento de los cuentos).
Trailer Oficial: