Matew Heineman ha logrado un gran trabajo documental al introducirse en las entrañas de las auto defensas de Michoacán y registrar el surgimiento de un movimiento de insurgencia social armado que en un año fue domesticado para convertirse en una fuerza policiaca rural infiltrada por el crimen organizado.
Apegado al mas puro estilo periodístico como es la tradición de los verdaderos documentalistas, el joven director neoyorquino hizo un seguimiento del personaje principal y más carismático de las autodefensas michoacanas, el doctor José Manuel Mireles, para narrarnos una historia distinta de la que ya conocíamos y que nos sorprende por su crudeza.
El documental retrata también la transformación de los hijos de aquellos campesinos que sobrevivían con la cosecha temporal de marihuana y amapola en la zona de tierra caliente y que medio siglo mas tarde son empresarios trasnacionales que administran las distintas ramas del crimen como la extorsión, secuestro, pago de impuestos, control de minas y huertas de aguacate y limonares, así como el tráfico de metanfetaminas hacia el mercado de consumo más grade del mundo, los Estados Unidos.
Heineman y su equipo le da un giro interesante cuando cuenta una historia paralela de un miembro de los caza migrantes de Arizona y lo muestra como una expresión más de hartazgo social ante el fracaso del Estado norteamericano y del mexicano por acabar con el crimen organizado o los cárteles de la droga.
Esta historia paralela de las auto defensas michoacanas y los caza migrantes habrá de causar polémica seguramente, pero quizá lo sea mas el hecho de ver en algún lugar de Michoacán a unos hombres cocinando drogas sintéticas vestidos de fuerzas rurales diciendo «ahora somos gobierno».
Lo que vemos en el documental de Heineman es que autodefensas o caza migrantes son al final una expresión clara del cansancio ciudadano que de muchas maneras, incluso con armas, se viene expresando en el mundo en esta guerra contra en el narcotráfico que en México ha cobrado miles de muertes en la última década.
El trabajo del joven director no esta excepto de la belleza que podemos ver en las luces y sombra de los amaneceres o el cielo quemado del atardecer en Michoacán y Arizona. Y como buen documentalista, veremos su excelente dirección al dejar que la narración de la historia la hagan directamente los personajes de esta manera seremos testigos de un pasaje histórico sin filtros ni cortapisas.
Tierra de carteles o Cartel Land seguramente provocará una reacción en el auditorio mexicano o extranjero. Será polémico por las escenas que logró capturar y, sobre todo, porque muestra una guerra que muchos no queremos reconocer pero que forma parte importante de nuestro presente.
José Gil Olmos
reportero de la revista Proceso y
autor del libro Batallas de Michoacán